Esta obra presenta una figura antropomorfa, un ser compuesto por una infinidad de elementos simbólicos que configuran la idea de "Hombre Cósmico" de José Gurvich. Notas de color blancas y negras se contraponen, estructurando la tabla en diversos niveles y generando una ambigüedad entre la figura y el fondo que hace que la silueta del hombre se alterne con los símbolos que la componen. Este principio al que el artista recurre no es meramente geométrico o estructural, sino que responde a un concepto filosófico: el de la Unidad o el Todo. Esta personificación de la unidad está tomada del paradigma espiritualista y racionalista constructivo, trasmitido por su maestro Joaquín Torres García. El hombre perpetuo, eterno y universal se expresa en un lenguaje abstracto-geométrico y se despliega sobre la obra, mostrándonos en su interior una trama de significados que definen una especial relación entre la figura y los pequeños detalles que la componen.