Después de vivir en Europa desde 1891 hasta 1934, Joaquín Torres García retornó a Montevideo para pasar sus últimos años promoviendo el arte moderno. En Uruguay, Torres García continuó exhibiendo, dando conferencias y publicando ampliamente, como forma de difundir sus puntos de vista sobre una tradición universal del arte con raíces en las culturas indígenas de las Américas. "Constructivo con calle y gran pez", creado tres años antes de la muerte del artista, es un excelente ejemplo de su repertorio constructivo, en el que los símbolos y las figuras esquemáticas siguen un orden geométrico y son objeto de una síntesis de color, forma, línea y espacio. La obra representa una escena urbana abstracta en una composición similar a una cuadrícula, con múltiples planos poblados por personas en movimiento que realizan actividades habituales de la vida de una ciudad.