Esta obra, que forma parte del conjunto Las tres edades de la mujer, representa a la mujer en la edad en la que la belleza está en su plenitud, lo que determina un componente narcisista en la propia mujer, traducido en la coquetería.
Formalmente, es una mujer joven, desnuda, que, sentada sobre un pilar cubierto por un paño, se mira en un espejo que sostiene con su mano derecha, apoyada en su pierna izquierda. La cabeza, inclinada hacia su izquierda y hacia abajo, dirige la mirada hacia el espejo. El cabello está ceñido sobre la nuca, dejando caer dos mechones alrededor del cuello hacia el pecho. Su brazo izquierdo se eleva situando su mano en el lado opuesto del cuello. Sus piernas cerradas y sus pies cruzados, a la vez que algo recogidos, se apoyan sobre sus puntas y el pilar.
El tratamiento de las superficies es suave y la anatomía está modelada con apreciable precisión en sus formas.