En Pareja en luz aparecen dos figuras encerradas en un universo segmentado por líneas y planos geométricos de distintos pesos visuales en el que se marca un ritmo repetido por el eco de formas y colores. Los elementos que integran la composición parecen haber surgido de las propias necesidades estéticas del cuadro, más que de una acción premeditada. Como en el resto de su obra, se trata de la interpretación de una realidad producida en su imaginación y trabajada con una espontaneidad controlada por el manejo riguroso de la técnica.