De proporción latina y recubierta de placas lisas de plata dorada, esta cruz tiene los brazos ensanchados hacía los extremos y decorados con medallones circulares, donde hay la única decoración figurada del objeto: diez placas de esmalte de baja talla, con las que se configura, en el anverso, un Calvario (María y Juan a cada lado de Cristo crucificado, Adán saliendo de la tumba a los pies y el pelícano, símbolo eucarístico, en lo alto) y, en el reverso, el Cordero de Dios rodeado del Tetramorfo. Durante una restauración llevada a cabo en los años 2016-2017 se encontraron dentro de los medallones superior e inferior dos pequeños conjuntos de reliquias envueltos en tejidos (uno decorado con aves) y acompañados de dos pergaminos que informan sobre restauraciones de los siglos XVI y XVII. En el año 2018 el archivero Joan Ferrer descubrió el contrato que acredita que el objeto fue fabricado en Girona en 1388 por el platero Pere Serra con la finalidad de reemplazar la cruz mayor del monasterio de Sant Joan, por aquel entonces muy dañada.
La cruz de Sant Joan se relaciona con la de la colegiata de Santa Maria de Vilabertran y la llamada «de les Confraries» de la catedral de Girona por su forma arcaica combinada con una ejecución estilística gótica. Los tres objetos, además, tuvieron la función de de cruz de altar, procesional y relicario. La cruz de Sant Joan es, por ahora, la única del grupo que tiene fecha y artífice conocidos, pero el hecho de que se trate de la reparación –o reproducción– de un objeto más antiguo dotado de las mismas funciones revela que son actualizaciones tardías de una tipología de cruz triunfal derivada de la tradición bizantina y altomedieval.