Crucifijo de don Fernando I y doña Sancha

Cruz latina de brazos rectos, con Cristo crucificado en el anverso, en cuya espalda se dispone un receptáculo para albergar una reliquia del lignum crucis, lo que convierte a la pieza en relicario. La figura de Cristo es estilizada y viste perizonium o paño de pureza anudado en la cintura. Sobresale la cabeza, ligeramente inclinada a la derecha, con el rostro, barbado y larga cabellera. Los ojos abiertos, tiene las pupilas realizadas mediante la inserción de dos cuentas de azabache en el marfil.

La composición se completa mediante la presencia de Adán saliendo de su tumba en la parte inferior, y en la parte superior Cristo resucitado portando una cruz con astil. La cenefa perimetral muestra una sucesión de figuras humanas y animales entrelazadas. En el reverso se representa el Tetramorfos en los cuatro extremos de la cruz y en el centro el Agnus Dei, completándose con la presencia de figuras humanas, animales y elementos vegetales entrelazados. Conserva exiguos restos de lámina de oro de recubrimiento.

Se trata de uno de los mas sobresalientes ejemplares de la eboraria medieval cristiana. La pieza puede datarse hacia la década de 1050-1060 al formar parte de la donación efectuada en 1063 a la colegiata de San Isidoro de León por el rey Fernando I de León y su esposa Sancha, cuyos nombres aparecen en la parte inferior del anverso de la cruz.