Representación de Cristo crucificado, vivo y libre de sufrimiento, tal como se aprecia en su rostro de ojos abiertos y actitud serena. Se representa como Rey de reyes portando una corona sobre su cabeza. Se trata de una obra en la que se pueden observar restos de bronce dorado y esmalte (campeado o champlevé) en turquesa y azul. Esta técnica de esmaltado es muy utilizada en el arte románico y gótico, su nombre procede de “campo elevado”; el procedimiento consiste en hundir el fondo para posteriormente rellenarlo de esmaltes que serán pulidos, originando una superficie lisa. Por sus características técnicas podría tratarse de una producción realizada en Limoges (Francia).