Plata repujada y sobredorada
El cáliz, símbolo de la transubstanciación de la sangre en vino, forma parte esencial del ajuar litúrgico. Esta pieza novohispana muestra la pericia del orfebre ante la intrincada forma en patrón de rocalla que cubre casi por completo la superficie. La plata sobredorada era común en la elaboración de objetos sacros que formaron parte de iglesias, capillas domésticas y oratorios.