Caballo danzante es una obra donada por el artista en la que aparece la abstracción de la figura de un equino que rompe los planos tradicionales con una perspectiva arbitraria y un colorido aplicado en función de la estética del cuadro. El animal muestra el lomo y las patas en una imagen fraccionada por medio de líneas que delimitan las zonas de color. El largo cuello remata en la boca dentada, en una interpretación que guarda paralelismos con Rufino Tamayo y Wifredo Lam, así como con las extrañas figuras que aparecen en los estudios de las crucifixiones de Francis Bacon