David Silva y Pituka de Foronda en "La isla de la pasión"

En aquella época sufrí hambres, incomprensiones, ninguneos. Durante años estuve con un libreto bajo el brazo [La isla de la pasión] y no tenía dónde dormir; el libreto lo empleaba como almohada; de vez en vez dormía en un carro abandonado frente a la Farmacia Regis. (E.F., Su otro yo, sin fecha).