Esta pintura formaba parte del retablo neoclásico de Sant Pere, ubicado originalmente en la antigua capilla de Sant Pere –actualmente, capilla del Santísimo–. El retablo se desmontó en 2002 con motivo de la obra de reforma de Miquel Barceló, del retablo se conserva esta pintura y las esculturas de San Juan Bautista y San Bruno.
La pintura, realizada por Salvador Torres en 1839, ocupaba el cuerpo central del mueble. Representa la entrega de las llaves a san Pedro como muestra de la elección de Cristo sobre el apóstol Pedro para conducir a la Iglesia. Se trata, por tanto, de la interpretación pictórica del pasaje bíblico en el que Jesús expresa su deseo de que Pedro sea el encargado de guiar a los cristianos bajo la promesa de que no sucumbirá al mal. La escena tiene lugar en el exterior y Jesús entrega las llaves a san Pedro que se encuentra arrodillado. Contemplan la escena apóstoles, ángeles y otros personajes.
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