Mariano Fortuny fue un artista polifacético. Formado desde joven como pintor, se interesó por las artes decorativas y se inició en el mundo de la moda. Su conocimiento de los tejidos y de la moda histórica le llevó a recrear en sus prendas diferentes soluciones observadas en antiguos vestidos y cerámicas, creando así una moda precursora para su época. Fortuny diseñó vestidos para la Ópera de París, entre los que destaca el velo Knossos. Sus prendas llegaron a ser modelos de inspiración para los creadores
coetáneos. El año 1909 creó la túnica Delphos, una de sus prendas más célebres e innovadoras, que significó una auténtica revolución. La túnica Delphos rompía con la silueta femenina imperante y se adelantaba a su tiempo, expresando un nuevo ideal de mujer liberada del corsé. Fortuny mostraba una concepción innovadora de la moda en sus prendas, caracterizadas por la funcionalidad y el estilo intemporal.