A partir del siglo X los condes de Barcelona les concedieron a los obispos de Osona la fabricación de moneda y un tercio de sus beneficios. Estas acuñaciones adoptaron diseños de tipo religioso, que a menudo tuvieron una gran calidad artística. Probablemente la emisión que muestra la composición iconográfica más bella de su época es la llamada de los bueyes, fabricada durante la segunda mitad del siglo XI. En el anverso aparecen los bustos afrontados de san Pedro y san Pablo, que sostienen una cruz, y alrededor la leyenda S. PETRVS S. PAVLVS. El reverso muestra la inscripción AUSONA y a un hombre que, vestido con una túnica corta y una capa, lleva un bastón en la mano y conduce una pareja de bueyes. La originalidad y calidad artística de este diseño causó impacto en su época, como mencionan algunos documentos coetáneos.