Algunas palmeras mantienen sus hojas colgando en la parte inferior del tronco. Así, el tronco se convierte en una gruesa argamasa de hojas que lo protegen del viento y el frío, pero también del calor extremo, como el que produce el fuego. Es la única palmera nativa de California y, en general, del oeste de los Estados Unidos, donde los incendios son abundantes y violentos.