El Señor del Santo Entierro es el patrón de Huauchinango, Puebla, desde el siglo XVII. El origen de esta devoción está en una leyenda que cuenta sobre un arriero y su mula que llegaron al paraje agustino solicitando posada, misma que fue concedida por los frailes del lugar. A la mañana siguiente, el arriero se marchó sin que nadie lo notara, pero dejó una caja. Los religiosos de San Agustín la abrieron y encontraron la imagen del Señor del Santo Entierro. A esa imagen, la comunidad totonaca le construyó un templo en el que desde entonces es venerado como su patrono.