Esta obra es una crítica a la sociedad actual, donde la tecnología ha ido alejando a los seres humanos de las cosas más sencillas que los rodean -como, por ejemplo, lo simple y puro que pueden ser los sentimientos de un niño- por esta razón, el robot queda fascinado ante la sensibilidad de la pequeña. El artista nos brinda una reflexión más: “no hay que olvidar el entorno pues este, en ocasiones, es digno de admirar”.
¿Te interesa Visual arts?
Recibe actualizaciones con tu boletín personalizado Culture Weekly
¡Todo listo!
Tu primer boletín de Culture Weekly llegará esta semana.