En 1997 el equipo de elBulli empezó a diseñar una vajilla propia, inicialmente, para los petits-fours. El modelo a seguir se basaba en las formas de la papiroflexia, realizadas en unas finas láminas bañadas en plata. Posteriormente, en 2001, Ferran y su equipo empezaron a colaborar con un diseñador industrial suizo afincado en Barcelona, Luki Huber, que propuso nuevos utensilios para servir la comida (sniffs, pajitas muy anchas en las que se introduce una gelatina que se sorbe; pipetas; cucharas...), y ayudó a resolver problemas que se planteaban en ciertas elaboraciones.