Largo, con leve cola en la espalda. Se cierra en el delantero con botones y remata con cuello vuelto. Manga tres cuartos recogida en la bocamanga con un puño. La espalda va fruncida en el centro, desde donde arrancan unos pliegues que recorren toda la espalda, creando gran volumen, al modo de las prendas dieciochescas de las que hereda su nombre.
Realizado en los talleres de París, fue presentado en la colección de invierno de 1955. Estas prendas para recibir en casa, alejadas de todo protocolo, permiten a Balenciaga una libertad creativa que no siempre puede aplicar a otros modelos. La pasión del modisto por la indumentaria histórica queda manifiesta en este modelo, inspirado en la robe à la française del siglo XVIII, cuyo origen se encuentra en la bata de estar en casa de la época. La misma libertad que presenta en sus formas la tiene a la hora de elegir los tejidos con los que se confeccionan. El maestro derrocha imaginación y fantasía, eligiendo los más atrevidos, en los colores más intensos.