Diadema de estructura articulada con extremos triangulares, ingresada en el Museo Arqueológico Nacional en 1905, heredera de diademas orientalizantes, como la de Aliseda. Su decoración calada de filigrana, granulado y recortado es de influencia clásica griega, reinterpretada al gusto ibérico. No se observan huellas de uso por lo que pudo ser encargada, exclusivamente, como objeto de prestigio.
Tiene paralelos en otros tesoros peninsulares como el de la Puebla de los Infantes. Actualmente se admite que fuese fabricada por un artesano griego afincado en la Península Ibérica debido a que sus motivos: rosetas, ovas y roleos, formando grecas, son propios de la estética griega de estilo clásico, pero técnicamente se acerca al gusto de una clientela local.
Es una de las piezas del "Tesoro de Jávea", depósito compuesto de la diadema, tres collares, una fíbula, un brazalete de oro y varios brazaletes de plata, que se interpreta, presumiblemente, como ajuar femenino ya que la mayoría de ellas guardan gran similitud con las representadas en las esculturas femeninas ibéricas en piedra y bronce. El conjunto constituye un magnífico exponente del gusto por la acumulación de riqueza y objetos de calidad de las clases sociales más pudientes.