Lola Anglada (Barcelona, 1896- Tiana, 1984) adquirió esta muñeca en París y la bautizó con el nombre de Josselle. Es una muñeca maniquí que luce un vestido apropiado para las grandes ocasiones como ceremonias, bailes o cenas de gala. Responde a la moda de finales de la década de los sesenta del siglo XIX, caracterizada por el gran volumen de las faldas conseguido con la utilización de la crinolina.
Con el paso del tiempo y los avances tecnológicos la función de las muñecas maniquí como embajadoras de la moda fue sustituida por otros sistemas como las muñecas recortables, los grabados, los catálogos de grandes almacenes, los desfiles de maniquís, la fotografía o los portales de internet.