El nacimiento del nuevo estilo del "hierro románico", basado en la multiplicación de rodillos o espirales aplicados principalmente a las rejas y las puertas, demostraba la vocación universal del arte románico y se convertía nexo de unión entre todas las artes que aparecen bajo durante estos periodos.
Se trata de un arte propio y singular, muy desarrollado desde el siglo XII, realizado para iglesias y ermitas emplazadas en torno a los caminos de peregrinación. Creado con una doble función (proteger y atender las necesidades litúrgica y doméstica), quedó plasmado en rejas, herrajes de puerta y braseros y, también, en picaportes, candelabros, cerraduras, cruces e incensarios.