¿Hombre o mujer? ¿Dama o princesa? Un secreto bien guardado que invita a ser descubierto. Dorotea usa su poder de persuasión para devolver a don Quijote a casa. Dorotea aparece a la vista del cura, del barbero y de Cardenio como un apuesto labrador que, sentado en una peña, se lava los pies: ¡qué blancos y bellos! Luego verán su larga caballera rubia al quitarse la montera: ¡es una hermosa mujer! Contará la razón de su disfraz de hombre. El apuesto don Fernando, hijo de duques, la sedujo bajo palabra de ser su esposo, y luego la abandonó para ir en pos de otra bella, Luscinda. Dorotea, vestida de labrador, va en busca de su amado para hacerle cumplir su palabra. Lo logrará tras un sinfín de peripecias, porque felizmente ese voluble caballero irá a la misma venta en donde se reúnen todos los personajes cervantinos después de dejar sierra Morena.
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