La llegada a la Península del Imperio almohade en el siglo XII trae consigo, entre otros cambios, la adopción de un nuevo sistema monetario en al-Andalus. En el caso de los dinares, las nuevas emisiones de oro casi duplican el peso de las precedentes, alcanzando los 4,6 g. De ahí que los cristianos denominaran a estas piezas “doblas”, nombre que también darán a sus propias acuñaciones áureas desde el siglo XIII. No obstante, a lo largo del tiempo, la dobla cristiana recibirá diversos apelativos populares: como el de este ejemplar, que, si por su peso es una doble dobla (9,1 g), por su emisor, Enrique IV (1454-1474), y su tipología, con el rey entronizado, toma el nombre de “doble enrique de la silla”.
Aunque algunos investigadores defienden su origen en los modelos monetarios franceses, la figura sedente del soberano con leones a sus pies, o sosteniendo el trono, y portando en sus manos el globo y la espada, similar a la que muestra el anverso de esta moneda, se encuentra también en la sigilografía real castellana desde mediados del siglo XII.
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