También desapareció, en ese momento, el gran arco central que daba paso al Pórtico desde el exterior y se sustituyó por una doble puerta con frontón curvo. Por fin, entre los años 1738 y 1750 se construye la actual fachada barroca de Fernando de Casas, sustituyendo la mateana. Sin embargo, algunos vestigios de la fachada exterior desaparecida se conservan en el Museo Catedral, como, por ejemplo, el gran rosetón que posiblemente pertenezca a una de las puertas laterales.