Vestido adamascado de algodón rojo, sin mangas con vuelo en parte central. Largo hasta los tobillos por delante y con pequeña cola por detrás. Tiene escote en pico en delantero y espalda, algo más profundo por detrás. En delantero hay dos pares de pinzas a ambos lados, corte central en vertical fruncido. Por debajo del pecho hay fruncido ondulado y arrugado que rodea el vestido; desde aquí parte un volante en delantero que está en desnivel (más corto por delante que por detrás). Desde debajo del pecho hasta inicio de la cadera, hay zona lisa. A la altura de la cadera hay corte en vertical hasta el bajo en delantero y espalda. El bajo está también desnivel (más corto por delante que por detrás). Cierre en lateral izquierdo con cuatro corchetes metálicos dorados.
El cambio de silueta de los años 30 propició que la diseñadora Jeanne Lanvin experimentase a lo largo de toda su carrera con el volumen de la falda. Como en este caso, el cuerpo permanece estrecho y ceñido un busto que recobra cierto protagonismo respecto a años anteriores mientras que la falda se llena de pliegues en la espalda para darle un mayor volumen y se adorna con una pequeña sobrefalda que recorre el espacio entre la cintura y la cadera.