Su tubo circular tiene un diámetro transversal regular, en su extremo superior se coloca el ocular y el objetivo en el inferior. El tubo está en el interior de un tambor y ambas piezas juntas, se desplazan en sentido vertical con la ayuda de una cremallera controlada por un tornillo lateral para lograr el enfoque macroscópico. La platina es redondeada, muestra un orificio central para el paso de la luz y por debajo de ella hay un aro que sostiene el portaobjeto. Por debajo de la platina se encuentra el espejo cóncavo con movilidad en un solo sentido. La base es redonda, constituida por un aro que sostiene dos láminas laterales constituyendo el pilar del microscopio.
Benjamin Martin (1704-1782) fue un prolífico constructor de microscopios y autor de numerosos libros y tratados de óptica e instrumentos matemáticos y científicos. En 1780 formó junto a su hijo la firma “B. Martin & Son”. Fue él quien inventó este tipo de microscopios de tipo “tambor” que fueron tan populares a lo largo de los siglos XVIII y XIX fabricándose de manera muy numerosa y añadiendo cada vez importantes mejoras desde el inicial que diseñó Martin. Suponía un fácil manejo y traslado y ofrecía significantes ventajas, sobre todo para trabajar en el campo.