La obra muestra varios navíos franceses de principios del siglo XVIII, entre los que destaca un navío de 84 cañones. De construcción robusta y dimensiones cada vez mayores, los navíos franceses siguieron utilizando las formas tradicionales, anchas y pesadas, a las que incorporaban las mejoras tecnológicas de la época. Con el aumento de la manga y la disminución del calado se consiguió una mayor estabilidad y velocidad, y una ventaja para la artillería al quedar las baterías bajas lejos de la línea de flotación.
Forma parte de una serie de 92 obras titulada Historia gráfica de la construcción naval, realizada por el piloto, investigador, pintor y restaurador del Museo Naval, Rafael Monleón Torres (1843-1900) a lo largo de las dos últimas décadas del siglo XIX.
La estructura formal de los dibujos es similar: en la parte central una acuarela de en torno a 32 x 48 centímetros de tamaño, colocada sobre un soporte de papel verjurado de color blanco de mayor tamaño, con unos 8 centímetros de diferencia a cada lado. Sobre el margen resultante, Monleón realiza diferentes estudios a plumilla de las embarcaciones a las que se refiere en la escena central y a los que añade una leyenda explicativa.
La obra en su conjunto constituye un pormenorizado estudio de la evolución de la arquitectura naval, que abarca desde las formas antiguas de navegación hasta los más modernos buques de finales de siglo. Paralelamente, Monleón realizó el diccionario manuscrito Construcciones navales bajo su aspecto artístico, conservado en el Museo Naval.