Fueron varios los motivos los que llevaron al abandono el edificio; la poca manutención del inmueble por parte de sus dueños, el crecimiento descontrolado de la mancha urbana y las nuevas promesas que este traía consigo y quizá la más triste: el cambio de percepción que hubo respecto a habitar el cuadrante del centro histórico. Todos estos factores, tanto internos como externos llevaron a que 80 años después de su construcción, el edificio quedara completamente vacío y a merced de los estragos que el abandono y el paso del tiempo trajeron consigo. Aunque también esos factores dejaron pistas que gracias a un ejercicio casi arqueológico permiten descubrir e imaginar los secretos y memorias que este lugar alberga. La arquitectura retiene memorias. La arquitectura crea un lugar y ese lugar acepta todo tipo de eventos. Y esos eventos dejan marcas, a veces minúsculas, pero que nos permiten el acceso a esas memorias y al poder de imaginar cómo fue que se habitaron esos espacios por las múltiples personas que pasaron por sus paredes.