Cuando en una entrevista concedida en 1996 el prestigioso cocinero francés señaló en Ferran Adrià a su heredero y dijo de él que era el mejor cocinero del mundo, atrajo las miradas de todos los críticos y gastrónomos hacia elBulli. Cuatro años antes, un día de verano de 1992, Robuchon había acudido a comer a elBulli por primera vez.