La música del cine, con su poder de comunicación y de evocación de imágenes, historias y situaciones, ha trascendido en muchas ocasiones a las películas para las que fue creada. Las innumerables composiciones que han escrito Morricone y Williams no solo han sido un telón de fondo para acentuar atmósferas o definir personajes, sino que han traspasado la pantalla y han sabido mezclar perfectamente los fondos de la historia de la música con el sonido de su tiempo, sin olvidar su propia idiosincrasia.