La historia de Rian James, su adaptación por José Revueltas, la fotografía de Alex Phillips, la escenografía de Gunther Gerszo y aún los refinamientos de Gavaldón conspiraron a favor de una buena película, pero el propio director admitió el sabotaje de una “estrella” segura de ser ella misma más interesante que cualquier historia [Emilio García Riera, Historia documental del cine mexicano, tomo 4].