Es uno de los platos que han acompañado al chef Rodrigo de la Calle a lo largo de la historia de la Gastrobotanica, en sus diferentes versiones, sirviendo como postre, entrante..."Es un ejemplo claro de que comer verduras puede no solo ser saludable, si no también divertido y desenfadado. Cuando lo probemos nos trasladará a los huertos y a la tierra, sensación que proviene de los sabores de la remolacha que, junto con las manzanas y los aguacates, dan textura y cremosidad. ¡Todo un icono en nuestro recetario!".