Vestido en satén negro con transparencia de tul mecánico decorado con una aplicación de lentejuelas y abalorios en pasta vítrea. La túnica es larga, con escote redondeado en delantero y espalda. Manga larga y muy ajustada en las muñecas con cremallera. Cierra en el centro de la espalda con cremallera y corchetes. Va forrada en tafetán de rayón negro.
Frente a los encorsetados vestidos de los años cincuenta, Balenciaga crea en 1955 el vestido-túnica, que responde a un concepto totalmente opuesto. Su hechura suelta dibuja una silueta tubular y muy moderna que el modisto utilizará a lo largo de su carrera. Esta túnica de noche, realizada en España, destaca por la rica decoración bordada, muy del gusto del maestro, de clara inspiración española y que tuvo su apogeo en la década que nos ocupa.