Los exlibris son marcas colocadas comunmente en el reverso de la tapa superior de los libros, aunque algunas veces se adhiere después del colofón o en la portada. Estas marcas crean un vínculo de pertenencia, además que permiten conocer aspectos personales del coleccionista o institución que lo atesora.
Este exlibris pertenece al Barón Horace de Landau (1824-1903), bibliófilo y coleccionista de origen ucraniano, naturalizado francés, quien obtuvo el título de Barón en 1867 ya instalado en Florencia. Su biblioteca personal tuvo diversos destinos debido a las subastas.
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