Cuatro módulos inclinados con vegetación preservada siguen reforzando la idea de la Sierra y las secciones longitudinales que conforman los pasillos emulan los cortes realizados al construir la trinchera del ferrocarril minero a finales del siglo XIX y que dejaron a la luz los restos de cuevas que ahora nos ayudan a reconstruir el pasado.
Según Juan Navarro Baldeweg, arquitecto y diseñador del proyecto, en el Complejo se interpreta la evolución como algo que ha de venir incorporado íntimamente al territorio, al suelo, a los estratos geológicos y a la naturaleza en general, que es el marco referencial de toda vida y la depositaria de información, contenedora de un conocimiento que hay que excavar literalmente.