Fue un pequeño grupo de intelectuales onubenses los que crean en la calle Ricos, antigua Castelar, un primer museo bajo el título de Museo Provincial de Bellas Artes, incorporado al Estado en 1922, que contaba con unos fondos fundacionales procedentes casi en su totalidad de particulares, salvo un pequeño lote de maestros de los siglos XIX y XX depositado por el entonces Museo de Arte Moderno de Madrid. Con la Guerra Civil, gran parte de estas obras se devolvieron a sus propietarios, almacenándose las procedentes del Estado en el Instituto de Enseñanzas Medias La Rábida, hasta la constitución del actual museo. La década de los 40 supuso un nuevo intento de dotar a Huelva de un museo, esta vez de arqueología, consecuencia inevitable del la prolífera actividad del ingeniero D. Carlos Cerdán Márquez, nombrado a tal efecto comisario de actividades arqueológicas en la provincia. Tuvo su sede en un pequeño edificio cedido por el Puerto de Huelva, donde malvivió hasta que en 1973 se inaugura el actual edificio, dotando a la Institución de un facultativo del Cuerpo Superior de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, D. Mariano del Amo, que fue el primer director del nuevo Museo Provincial de Huelva.