Frida Kahlo siempre estuvo muy cerca de su familia, lo que se refleja claramente en esta pintura inconclusa, "Mi familia". Durante una prolongada internación en el hospital en 1950, Frida trató de continuar este cuadro, pero no lo logró. La artista pintó su árbol genealógico con toda la riqueza y la variedad de sus orígenes: la sangre purépecha de su madre y la húngara de su padre. También pintó un feto, un tema común en varias de sus obras. Esta pintura no solo muestra sus raíces familiares, sino también las emocionales.