La serie de grabados Farabeuf donada posteriormente a la colección del MUSA, se aparta de los temas de remembranza melancólica para adentrarse en la estética del horror, en un ejercicio que emprendió junto con Martha Pacheco sobre la novela de Salvador Elizondo Farabeuf o la crónica de un instante (1965), y que llevó a ambas a entrevistarse con el propio autor. La novela inspirada en el médico cirujano francés Louis Hubert Farabeuf (1841-1910) fue un éxito literario que reunió el sadismo de los métodos de tortura china, los ideogramas del I Ching, el erotismo y el magnicidio, en un texto influido por las teorías cinematográficas.
Bordes interpreta gráficamente el texto desde un enfoque angular y describe varias escenas acudiendo a los planos secuenciales y fragmentados, donde los personajes aparecen atrapados en la complejidad de su angustia existencial.