Retrato de Feliciana Bayeu y Merklein (1774-1808), única hija de Francisco Bayeu y de Sebastiana Merklein, como una joven de unos quince años. De factura suelta, casi abocetada, se aleja del formalismo académico de otros retratos de Francisco Bayeu. El pintor es un excelente retratista formado en la tradición de Mengs, en esta ocasión no se priva de imprimir en el retrato un sentimiento cercano y familiar. El museo del Prado conserva otra pintura de Feliciana realizada por Bayeu unos pocos años antes.