En Mujer fetiche y mascotita una figura hermafrodita posa junto a un can amarillo, del mismo tono de su cabellera. El perro luce una corbata con igual diseño del sostén de su ama en esta suerte de identificación que suele darse entre la mascota y su dueño. Ambos están rodeados de enceres enmarcados por inscripciones, que al igual que en las obras anteriores, obedecen en su complejidad, a un lenguaje de extraños significados.