Bellísima figura Antropomorfa en cerámica que ilustra de manera magistral la técnica y el sentido estético de las sociedades que habitaron las laderas del río Magdalena conocidos como los Malibú. Territorio indígena de pueblos y gentes que tuvieron gran experticia en comerciar y navegar por el río Magdalena (800-400 años A.P).
Esta cerámica sentada en posición de flor de loto, nos muestra un personaje plácido tal vez sumido en practicas de meditación o viaje chamánico. Con un realismo intenso que resalta un rostro con ojos cerrados, nariz aguileña y perforaciones en las orejas es uno de los objetos más hermosos de la colección que invita constantemente a ser contemplado.
En la pieza, se pueden evidenciar dos tonalidades en la cerámica, producto de las sofisticadas técnicas de cocción y el tratamiento del material en esta área donde se pueden apreciar en varios de los artefactos, dos tonos producto del dominio del fuego a través de tratamientos naturales como la mezcla de diferentes arcillas o el uso de resinas vegetales para lograr el brillo y color en algunas de ellas.
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