Jordi Sarrà Rabascall (1935-1990) Sus primeros juguetes fueron lápices de colores y papel. En 1944 recibe sus primeras lecciones de arte del escultor Salvador Voltas y en 1950 del escultor Modest Gené. En 1951 se traslada a Barcelona para estudiar en la Escuela Sant Jordi de Bellas Artes y fue un alumno sobresaliente de Soriano Montagut. Regresa a Tarragona y estudia en la Escuela de Arte y Diseño con los profesores Gonzalo Lindín y Lluís M. Saumells. En 1960 viaja a París, donde es seducido por el fauvismo y el expresionismo, que tendrán una gran influencia en su estilo. Después de salir de París en 1965, regresa a Tarragona, donde es recibido con cierto entusiasmo, además de obtener varios premios. Por ejemplo, en 1968 la Diputación de Tarragona lo premia con el 17.º Premio de Pintura Tapiró por la pintura Figura de dona (figura de mujer). Este es el período en el que Sarrà centra su trabajo en el retrato y en él se muestra una preeminencia del color sobre el dibujo, lo que le permitía expresar mejor su estado de ánimo, y este es el objetivo de la pintura. El regreso al retrato y la importancia del color vinculan el artista al fauvismo. El estilo natural de las pinceladas y el carácter directo y desenfadado de sus lienzos son algunas de las características que explora en sus retratos. La yuxtaposición de colores vivos es una de sus reglas, que él utiliza para transmitir el concepto emotivo de la pintura. Al igual que los fauvistas, Sarrà es un artista que no teoriza ni organiza su trabajo en base a una precisa declaración de intenciones, sino que su única obsesión es la realización del acto creativo: la obra.