Cerca de la ciudad de Manta, se descubrió por casualidad lo que parecía ser un santuario bahía, denominado Los Esteros, que demuestra la ostentación del poder político y religioso de los chamanes o jefes-sacerdotes dentro de una estructura social compleja. Se hallaron también filas de figuras, llamadas "gigantes de Bahía", orientadas hacia el mar. La pintura corporal era frecuente en las culturas prehispánicas, no solo con fines decorativos, sino también simbólicos e incluso para proteger la piel frente a ataques de insectos y otros parásitos. En este caso, se ha pintado de amarillo una parte del rostro, mientras que la otra mitad de la cara y el cuerpo se han pintado de negro, con manos y piernas pintadas en color rojo. El tocado de estas figuras se elaboró posiblemente en forma de turbante para que los extremos de las largas telas empleadas destacasen como remates decorativos. El personaje está utilizando un recipiente para la cal (llipta) que se utiliza con un poporo para el consumo de la hoja de coca.