Para el Pórtico de la Gloria, el maestro Mateo, decidió seguir un módulo arquitectónico diferente al resto de la catedral, en esta área se reduciría para dar cabida a la superposición de dos órdenes diferentes de columnas. El primero de ellos se compondría, en su mayoría, de columnas con fustes lisos de granito, agrupadas en secuencia de tres a cada lado del arco central, y en parejas, en los arcos laterales.