Fons Mirabilis

Teniendo en cuenta la descripción que nos ofrece el Liber Sancti Iacobi, se ha identificado la Fons Mirabilis con la fuente que se encontraba en el atrio de la Puerta Francígena, de unas grandes dimensiones y con una columna de bronce en el medio de la que sobresalían, en lo alto, cuatro cabezas de leones por las que salía el agua.

Cabe añadir, que la iconografía y simbología de la Puerta Francígena, en la que el arzobispo Gelmírez había querido evocar la homónima Plaza de San Pedro del Vaticano, se extendía más allá de la propia portada. La fuente sería un punto clave en el final del camino, en una plaza donde además de la impronta religiosa, pues era lugar de celebración de numerosas solemnidades, también tenían lugar aquí numerosas actividades relacionadas con el comercio y con los peregrinos en general.

Esta taza pétrea se ha relacionado tradicionalmente con dicha fuente y, además de ser un testimonio histórico, sirve para poder calcular las dimensiones de la portada norte, actualmente completamente reformada.