Surtidor de fuente, de bronce hueco excepto en sus patas, con forma de cierva desproporcionada, con un orificio en el vientre donde encajaría la tubería de conducción del agua hasta la boca. Presenta decoración incisa de roleos, palmetas y frutos de granada, y restos de dorado. Si bien apareció en unas obras de alcantarillado en Córdoba, e ingresó en el 1940 en el Museo Arqueológico Nacional, se asemeja a otras dos piezas procedentes del palacio de Madinat al-Zahra, en la actualidad en el Museo Arqueológico de Córdoba (depositada en Madinat al-Zahra), y Museo Nacional de Qatar en Doha, lo que llevaría a pensar en su elaboración en una misma área geográfica de al-Andalus. Éste es un ejemplo de la estética de los sentidos en el mundo islámico y andalusí, donde la presencia del agua en los jardines era signo de prosperidad, lujo y bienestar.