En su cuarto del Hospital Inglés, Frida Kahlo sostiene una calavera de azúcar que tiene su nombre. La pintora dijo en cierta ocasión: <<muchos me califican de surrealista. nada menos cierto. yo nunca he pintado sueños. siempre he pintado mi propia realidad.>> Y también: <<no estoy enferma, estoy rota. pero aceptaré la vida como se me da mientras pueda pintar>>.