Esta urna funeraria proviene del desaparecido convento de San Domingo de Palma y pertenece al fraile dominico Pere Bennàssar, hijo de Ibn Abbad, musulmán que dio ayuda a Jaime I el Conquistador en su empresa de 1229. Pere Bennàssar decidió dedicar su vida a Dios y entró a formar parte de la orden dominica. El difunto aparece representado en la parte frontal del sarcófago, de cuerpo entero y con los hábitos de la orden dominica. Presenta las manos cruzadas, muy hieráticas y esquemáticas, como también el rostro, cubierto de marcadas líneas para mostrar su avanzada edad. El dominico se representa, además, con la cabeza tocada con una aureola, para reinvidicar su carácter religioso, y a su lado, dos ángeles dispuestos simétricamente, que suben su alma al cielo. También aparecen los escudos heráldicos del fraile. Esta urna se encuentra actualmente expuesta en el Museu d'Art Sacre de Mallorca.