En este díptico, adquirido por Franz Mayer en 1947 en Parke Bernet Galleries, Lambert Lombard realizó su propia interpretación de la versión que Santiago de la Vorágine escribió sobre el martirio de San Adrián.
Adrián, que perteneció a la milicia imperial de Maximiliano en el siglo III D. C. Fue enviado a Nicomea a perseguir y matar cristianos. Sin embargo, se dice que el valor de los mártires lo impresionó hasta el punto que decidió convertirse y hacerse bautizar. La noticia no le fue placentera al emperador, quien dio la orden para aprisionarlo y lo martirizarlo.
En la primera obra, el artista plasmó el momento en que Maximiliano, que porta un gran turbante dorado, ordena públicamente que los verdugos le partan los huesos a martillazos con un yunque y después le corten la cabeza.
En la segunda tabla, San Adrián aparece hincado frente al yunque. Su esposa, Natalia, que tiempo después fue santificada, aparece a su lado y sostiene el brazo amputado de su esposo. Según el texto de Santiago de la Vorágine, Maximiliano ordenó quemar los cuerpos de los mártires, pero Natalia consiguió robar una de las manos de su esposo, conservarla y trasladarla a Flandes.
You are all set!
Your first Culture Weekly will arrive this week.