Los jardines del Real Alcázar forman uno de los grandes conjuntos palaciegos de la corona española y quizás el más antiguo. Son la representación más original de un estilo propiamente hispánico, el mudéjar, expresión musulmana adaptada al mundo cristiano. Desde su origen árabe sufrieron continuas transformaciones, especialmente durante época renacentista y en el reinado de Felipe III, que tienen como resultado el delicado pabellón de Carlos V en la huerta de la Alcoba, la magnífica Galería del Grutesco y los jardines de la Danza, de las Damas, de las Galeras, el Rústico, etc.. Hay que destacar los materiales, como los azulejos, y elementos, canales, fuentes, surtidores, etc. que le confieren un especial carácter morisco.